DESACIERTO
Un autor referido a época anterior, que haga alusión en sus obras a las redes sociales de internet, asombraría por su visión de futuro, concreto y poco aleatorio. Luego, no es nada acertado esta confinación de su actividad literaria, por mucho que el intelectual presente trate de encasillar su producción en un tiempo determinado, de modo que parezca exhaustivo el estudio, lejos hasta ahora de aprobado inicio.
Creo, por consiguiente, que la catalogación debe ir dirigida a las distintas obras realizadas a lo largo de su trayectoria, y, si es posible, ubicar cada una dentro del período en que su propio contenido se enmarca. No más allá. Pretender que artistas, como el célebre pintor, son de principios del siglo pasado, no parece consecuente.
Pero dejemos de especular con estos vaivenes para acercarnos indemnes al despertar de la mañana. Ello nos deja con sabor a escaso sosiego, pues, desde bien temprano nos vemos enredados en este borroneo incesante, buscando dejar constancia de cuanto llevamos dicho respecto de este personaje, de incómodo perfil, merced a su estatura superior y su queja sangrante, en medio de la habitabilidad de las cosas, sufragadas por quienes carecen de capital para pechar con la tarea más ardua de esta actividad, de pie ante la equiparación de múltiples deidades, expuestas en el almacén de las reliquias, que por fortuna alguno avisado guarda.
De lo dicho se deduce que los importantes continúan saliendo a la palestra, donde muestran con agrado su eximio quehacer. De este modo se fabrican las grandes personalidades en este mundo versátil y dispar. Más tarde, alguno habrá de pedir pan en las ventas de otro tiempo, lo cual subraya que no abunda la mejora de vida proclamada en aquel otoño gris, sin calor de hogar ni calefacción.
Para algunos supone sin duda una locura esto de andar todavía escribiendo, cuando el mundo obliga, desde edad temprana, a retirarse y permanecer inactivo, mirando las musarañas, si tienes espacio para sentarte sin estorbar el paso de los demás.
¿Cómo puedes estructurar esa obra, si habrá de quedar huérfana de aprecio, por carecer de rasgo sobresaliente en su papel timbrado? No adquirirá altos vuelos, pese a lo volátil de su compromiso, sin altura eficiente dentro de la inmarcesible cumbre a que aspiras. Has de entender que la altitud del monte no corre parejas con cuanto especifica este hombre en su carta dirigida a las Cortes.
Hoy me he levantado con la cabeza dando vueltas y zumbando como un bombo. No me gusta estar así en la calle; no asisto, por tanto, al acto de afirmación de mi propio ego. De lo cual se deduce que no es igual padecer una enfermedad que sufrir por causa de un malentendido entre partes distanciadas de la clase social, trepada a hombros de los ilotas, considerándose muchos gente distinguida, de pálida tez, cabello claro, pupilas glaucas y nariz fina. Con todo, no tienen más poder que el concedido por las fuerzas ocultas, pendientes de la marcha de su gestión, para introducir en el reino la pauta suspicaz de una redención supina, esgrimida como realce y gloria de aquellos seres principales, sin apenas indulgencia para las personas damnificadas por la borrasca que perenne azota el perfil del ser desprovisto de bien material.
JOSÉ RIVERO VIVAS
SAN ANDRÉS, OCTUBRE 2012